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Bugatti conmemora los 20 años de su leyenda, el Veyron… con un nuevo LOGO

septiembre 16, 2025

El Bugatti Veyron no fue solo un coche. Fue un puñetazo en la mesa de la ingeniería, un proyecto demencial que redefinió lo que creíamos posible. Fue el primer coche de producción en serie en superar los 1.000 caballos y los 400 km/h. Una leyenda. Y este mes, se cumplen 20 años desde que esa leyenda nació.

Y para celebrar a su icono, la marca del lujo y el exceso sin límites, ¿qué ha preparado? ¿Una edición especial con 2.000 CV? ¿Un nuevo récord de velocidad? No. Han presentado un nuevo logo. Un JPEG conmemorativo. Es la celebración más anticlimática, más decepcionante y, seamos sinceros, más rata que hemos visto en la industria del lujo. Pero ya que estamos, vamos a aprovechar esta patética excusa para recordar la gloriosa historia de cómo se forjó la bestia.

La génesis de un monstruo: un motor de 18 cilindros dibujado en un sobre

La historia del Veyron no empieza en una mesa de diseño, sino en un tren bala japonés en 1997. A bordo, un genio loco llamado Ferdinand Piëch, el entonces presidente del Grupo Volkswagen. Aburrido, cogió un sobre y esbozó la idea de un motor de 18 cilindros. Poco después, con Bugatti ya bajo el paraguas de VW, Piëch recurrió al legendario diseñador Giorgetto Giugiaro para vestir a su motor. De ahí nacieron los primeros prototipos, como el EB 118.

No fue hasta 1999, con el prototipo EB 18/3 Chiron, que el motor se colocó por fin en su sitio: detrás del conductor. Tras varios prototipos, el demencial motor de 18 cilindros se descartó en favor del que se convertiría en una leyenda: el icónico W16 de 8.0 litros y cuatro turbos que debutaría en el Veyron 16.4 de 2005.

Una celebración vacía para un icono eterno

Y es precisamente por esta historia, por esta leyenda de la ingeniería, que una celebración tan vacía duele más. El nuevo logo es bonito, sí, con los colores de la bandera francesa y la firma de Pierre Veyron. Pero es solo eso, un logo que se exhibirá en el Festival Bugatti. Bugatti se excusa diciendo que no quiere «profanar» los modelos clásicos fabricando una nueva edición especial, ya que la producción cesó en 2015. Una excusa pobre para una marca que vive de crear objetos de deseo para multimillonarios.

El veredicto del Gurú

El Veyron fue mucho más que un coche rápido. Fue una demostración de fuerza industrial. La prueba de que, con suficiente dinero y una voluntad de hierro (la de Piëch), se podían doblegar las leyes de la física. Cambió la historia de los superdeportivos para siempre, inaugurando la era de los «hipercoches». Y aunque su 20 aniversario se celebre con la fanfarria de un funeral, su legado es eterno. El Veyron no necesita un nuevo logo. Su leyenda se forjó a 400 km/h, no en un departamento de marketing.

¿Qué te parece la celebración de Bugatti? ¿Crees que el Veyron es el coche más importante del siglo XXI? El debate sobre las leyendas del motor está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.

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