
En la inexorable y silenciosa marcha hacia el futuro eléctrico, de vez en cuando, la industria del motor nos regala un último y glorioso rugido del pasado. Un canto del cisne. Y Bentley, la marca del lujo y la fuerza bruta británica, acaba de orquestar el más espectacular de todos: el primer Batur Convertible acaba de salir de la línea de producción de Crewe.
Pero no te emociones pensando en configurar el tuyo. Solo se fabricarán 16 unidades para todo el planeta. Es un coche para una lista de clientes más exclusiva que un club de astronautas que han pisado la Luna. Y lo más importante: es el vehículo que lleva el legendario motor W12 de 6.0 litros biturbo a su máxima y final expresión, justo antes de que Bentley lo entierre para siempre en 2026 y se rinda a la dictadura del enchufe.
La sinfonía final de un motor legendario
Este no es un W12 cualquiera. Es la versión más potente jamás creada por Bentley para un coche de calle. Los ingenieros de Crewe han mejorado el sistema de admisión, los turbocompresores, los intercoolers y le han puesto un sistema de escape de aleación de titanio para que ruja como debe en su despedida. El resultado son cifras que te pegan al asiento y deforman el asfalto:
- Potencia: 740 caballos.
- Par motor: 1.000 Nm.
Es la culminación de más de dos décadas de perfeccionamiento de uno de los motores más carismáticos e imponentes de la historia del automóvil. Una obra de ingeniería que está a punto de convertirse en una pieza de museo.
Sastrería a medida para un adiós de lujo
Como era de esperar, cada una de las 16 unidades será una obra de arte única, personalizada hasta el último tornillo por el departamento Mulliner. El primer coche que ha salido de la fábrica es un espectáculo de buen gusto (y de dinero). La carrocería en un brillante plata perlado se adorna con franjas de competición en negro y llamativas líneas en naranja.

El interior es una lección de personalización, con un diseño «uno más uno» enfocado al conductor. El lado del piloto va en un color «Negro Ballena» con Alcántara, mientras que el del pasajero va en un elegante «Blanco Lino». Y los detalles que gritan «soy asquerosamente rico»: levas del cambio, palanca del limpiaparabrisas y hasta las salidas de aire, todo fabricado en titanio macizo. Por si fuera poco, viene con su propio juego de maletas de cuero hechas a medida para el espacio trasero.










El precio de la nostalgia y la exclusividad
El Bentley Batur Convertible no es un coche. Es un objeto de colección. Es un lingote de oro con ruedas y el motor más carismático de su era. Bentley no está vendiendo un medio de transporte; está vendiendo a 16 personas la última oportunidad de poseer una pieza de historia, y por eso su precio superará los 2 millones de euros sin despeinarse. Es un movimiento brillante.

Mientras se preparan para su futuro electrificado, le dan a sus clientes más leales y adinerados una última dosis de la droga más pura: el sonido, la vibración y la fuerza bruta de doce cilindros en W. Es el broche de oro perfecto para una era que, nos guste o no, está a punto de terminar para siempre.

¿Es este el adiós más espectacular a un motor de combustión que hemos visto? ¿Pagarías una fortuna por tener el último coche de una saga legendaria? El debate sobre el futuro del lujo y la nostalgia está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.