
Seamos sinceros. La primera generación de coches eléctricos de Mercedes, la familia EQ, tenía un problema de identidad. Eran tecnológicamente avanzados, sí, pero su diseño de «huevo» o «supositorio aerodinámico» era, siendo generosos, polémico. Parecía que Mercedes, en su obsesión por la eficiencia, había olvidado cómo hacer coches elegantes. Pues bien, la pesadilla ha terminado.
Fotógrafos espía del medio CarBuzz acaban de cazar en el infierno verde de Nürburgring el prototipo del que será el coche más importante para la marca en la próxima década: el Mercedes-Benz Clase C totalmente eléctrico. Y la mejor noticia es que han tirado el viejo lenguaje de diseño a la basura y han vuelto a lo que saben hacer: una berlina clásica, deportiva y con unas proporciones perfectas.
La tecnología del futuro: 800V y autonomía de récord
Pero que su aspecto clásico no te engañe. Bajo esa piel camuflada se esconde la tecnología eléctrica más avanzada de Mercedes hasta la fecha. Estará construido sobre la nueva y específica plataforma MB.EA Medium.
- Arquitectura de 800V: Al igual que el Porsche Taycan, utilizará una arquitectura de 800 voltios. Esto se traduce en una cosa: cargas ultrarrápidas, capaces de añadir cientos de kilómetros de autonomía en lo que tardas en tomarte un café.
- Autonomía de infarto: Y aquí viene el golpe en la mesa. Con una batería de 94,5 kWh, las estimaciones apuntan a una autonomía de hasta 871 km en ciclo WLTP. Aunque la cifra EPA, más realista, rondará los 800 km, sigue siendo un número que aniquila a la mayoría de la competencia y acaba de un plumazo con la ansiedad por la autonomía.
- El motor inteligente: El nuevo sistema de propulsión eATS2.0 incluye un inversor de carburo de silicio y, muy importante, una caja de cambios de dos velocidades, una solución de alta ingeniería para optimizar tanto la aceleración brutal desde parado como la eficiencia a alta velocidad en autopista.

La redención de Mercedes
El nuevo Clase C eléctrico es mucho más que un nuevo modelo. Es la redención de Mercedes. Es la admisión de que su primera estrategia de diseño para los eléctricos fue un error y la vuelta a la elegancia que define a la marca. Han entendido que sus clientes no quieren conducir un experimento de aerodinámica, quieren conducir un Mercedes que, además, sea eléctrico. Y lo han hecho combinando ese diseño atemporal con la tecnología de propulsión más avanzada que tienen. La plataforma de 800V y esa autonomía de casi 900 km son una declaración de guerra directa a Tesla y al resto de la industria.


¿Crees que Mercedes hace bien en volver a un diseño más clásico para sus eléctricos? ¿Es la autonomía de 800km el nuevo estándar a batir? El futuro de las berlinas premium se está redefiniendo. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.