
Hace unos días hablábamos del intento de HTC de resucitar de entre los muertos con un nuevo dispositivo VIVE. La espera ha terminado. Hoy han presentado las HTC VIVE Eagle, sus primeras gafas inteligentes con IA. Y su estrategia para volver al juego no es la que esperábamos. Es mucho más inteligente y, a la vez, una admisión de sus propias limitaciones en la guerra de la IA.
HTC no ha intentado construir su propio y mediocre asistente para competir con los gigantes. Han hecho algo mucho más pragmático: han construido el hardware, un «cuerpo» ligero y elegante, y le han dado acceso a los dos mejores cerebros de IA del planeta: Google Gemini y los modelos GPT de OpenAI. No han construido un soldado, han construido el vehículo perfecto para los dos mejores mercenarios del mercado.
Un hardware elegante, pero con un cerebro ajeno
Las gafas en sí son una pieza de hardware muy competente. Con solo 48,8 gramos, son increíblemente ligeras, perfectas para llevarlas todo el día como unas gafas de sol normales (vienen con lentes Zeiss UV400). Montan un chip específico para Realidad Aumentada, el Snapdragon AR1 Gen 1, una cámara de 12MP, un sistema de 4 micrófonos y altavoces estéreo abiertos. La batería de 235 mAh promete unas 3 o 4 horas de uso continuo. Son, en esencia, una versión más potente y capaz de las Meta Ray-Ban.
Pero la clave es que todo esto es un «compañero» para tu móvil. No es un ordenador independiente. Es una interfaz, una ventana a la IA que vive en tu teléfono y en la nube.
La genialidad: ser el ‘camarero’ de las mejores IAs
La jugada maestra de HTC es no entrar en una guerra que saben que no pueden ganar. Son conscientes de que no pueden competir con los modelos de lenguaje de Google u OpenAI. Así que, ¿qué hacen? Se convierten en el mejor «camarero». Las VIVE Eagle te permitirán, con la voz o con un botón de IA dedicado, acceder a la inteligencia artificial que prefieras en cada momento.

Esto permite funciones espectaculares desde el día uno: traducción simultánea de conversaciones, pedirle a Gemini que te identifique un edificio, o dictarle un correo a GPT-5. HTC no te vende su inteligencia, te vende el acceso más cómodo y rápido a la inteligencia de los demás.
Una apuesta arriesgada en un mercado saturado
La estrategia de HTC con las VIVE Eagle es inteligente, pero arriesgada. Con un precio de salida en Taiwán de 15.600 dólares taiwaneses (unos 460 euros), se sitúan en un punto de precio complicado. Son más caras que las Ray-Ban de Meta actuales (que son un éxito de ventas), y mucho más baratas que los futuros visores de Apple o las Ray-Ban con pantalla. El problema es que, al depender de tu móvil y de las APIs de otros, no ofrecen una experiencia verdaderamente única o integrada, sino una de «intermediario».

Es un producto fascinante, un intento de una marca legendaria por encontrar su hueco en el futuro. Pero en una guerra que se libra entre los ecosistemas cerrados de Meta y Apple, ser un «intermediario» de lujo, por muy bueno que sea, es una posición muy, muy peligrosa.
¿Es esta estrategia de ‘hardware abierto a todas las IAs’ el futuro? ¿O están condenadas a ser un nicho frente a las soluciones integradas de Meta y Apple? El debate sobre el futuro de las gafas inteligentes está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.