
Vivimos en la era de la tiranía del diseño. Móviles ultrafinos, ligeros como una pluma, preciosos… y con una batería que se desangra si te atreves a usar el GPS durante más de una hora. Es una obsesión por la estética que nos ha convertido en esclavos del enchufe. Pero en los márgenes de la industria, lejos de las pasarelas de Apple y Samsung, hay marcas que han decidido mandar esa filosofía al infierno.
Una de esas marcas es Fossibot, y su nuevo F107 Pro es un glorioso y descarado dedo corazón a toda la industria. Es un smartphone que no quiere ser bonito. Quiere ser una herramienta de supervivencia. Su carta de presentación: una demencial batería de 28.000 mAh y una cámara de visión nocturna. Todo por unos 515 euros.
Una batería que dura una semana (y el diseño de un ladrillo)
El dato es tan absurdo que hay que leerlo dos veces: 28.000 mAh. Es más de cinco veces la capacidad de un iPhone 16 o un Galaxy S25. El fabricante promete 30 días de autonomía en modo de espera, y con un uso normal, podría llegar fácilmente hasta la semana de uso sin tener que buscar desesperadamente un cargador. Es el tipo de batería que quieres tener en un apocalipsis zombi.

Pero, claro, la física es implacable. Meter semejante central de energía en un móvil tiene un coste, y se paga en grosor y peso. El F107 Pro tiene más de 3 centímetros de grosor. No es un móvil, es un ladrillo. No lo vas a llevar en el bolsillo de unos vaqueros ajustados, a no ser que quieras que la gente piense que te alegras de verles.
La cámara que ve en la oscuridad absoluta
Pero la locura no termina en la batería. El apartado fotográfico es igualmente extraño y fascinante. Además de un sensor principal de 200 megapíxeles firmado por Samsung y un gran angular de 50 Mpx, incorpora un sensor de visión nocturna.
Gracias a la tecnología «Starlight Vision», esta cámara puede grabar vídeos y hacer fotos en condiciones de oscuridad total, donde el ojo humano no ve absolutamente nada. Es una herramienta de nicho, sí, pero para actividades como la acampada, la exploración urbana o, simplemente, para espiar a tu gato por la noche, es una característica que no encontrarás en ningún otro teléfono del mercado.
Un cerebro solvente para una bestia de nicho
Bajo el capó de este tanque, encontramos un hardware sorprendentemente competente. Un procesador MediaTek Dimensity 7300 con 5G, acompañado de unos generosos 12 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento. Es una configuración de gama media-alta que garantiza que, además de durar, el móvil sea perfectamente usable para el día a día y para la mayoría de juegos.
El Fossibot F107 Pro no es un móvil para todo el mundo. De hecho, no es para casi nadie. Es un producto de nicho extremo, diseñado para aventureros, profesionales que trabajan en el campo o, simplemente, para gente que odia los cargadores con toda su alma. Es la antítesis de la elegancia y el minimalismo. Y precisamente por eso, es un gadget genial. Es un recordatorio de que en el mundo de la tecnología todavía hay espacio para la locura y para la funcionalidad extrema por encima de la estética.
¿Sacrificarías el diseño y el grosor por una batería que dure una semana? ¿Le ves utilidad a una cámara de visión nocturna en un móvil? El debate sobre los móviles de nicho está servido. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.