
La batalla por la Inteligencia Artificial en Silicon Valley se ha convertido en una guerra de trincheras brutal, pero en lugar de balas, se disparan ofertas de trabajo con tantos ceros que marean. Gigantes como OpenAI, Meta y Google están inmersos en una caza furtiva de los mejores cerebros del planeta, una lucha encarnizada por un puñado de «ingenieros estrella».
En medio de esta locura, el CEO de OpenAI, Sam Altman —justo después de lanzar la bestia que es GPT-5—, ha salido a la palestra a dar su visión. Y su mensaje es una mezcla de realismo y una sutil bofetada a la estrategia de su archienemigo, Mark Zuckerberg.
El mercado de talento más intenso de la historia
Altman no se anda con rodeos. Admite que este es el «mercado de talento más intenso» que ha visto en toda su carrera. No es para menos. Hemos visto cómo Meta ha creado sus «Superintelligence Labs» y ha empezado a lanzar ofertas que rozan lo pornográfico: contratos de hasta 300 millones de dólares por cuatro años para robarle investigadores a OpenAI, con salarios anuales que pueden llegar a los 20 millones. Es una guerra a golpe de talonario, un intento desesperado de Zuckerberg por comprar el talento que no ha podido crear.
La tesis de Altman: deja de buscar unicornios, busca caballos de carreras
Pero aquí es donde Altman se desmarca de la narrativa del «ingeniero estrella». Su argumento es una genialidad pragmática: «Hay mucho más talento disponible del que se cree«.
Mientras Meta y otras empresas se obsesionan con fichar a los 4 o 5 nombres más famosos, las «estrellas del rock» de la IA, Altman afirma que OpenAI puede encontrar «miles de personas» con un talento excepcional, y que probablemente haya «cientos de miles» con las habilidades necesarias en todo el mundo.

Es una forma elegante de decir dos cosas. Primero, un recado a Zuckerberg: «Sigue gastando tu fortuna en los nombres famosos; yo, mientras tanto, construiré un ejército con el talento brillante pero desconocido que estás ignorando«. Y segundo, un mensaje a la comunidad: «No tienes que ser un genio mundialmente conocido para trabajar en la vanguardia de la IA«.
El verdadero valor: la caza de la ‘superinteligencia’
Sin embargo, Altman no es un iluso. Sabe que no todo el talento es igual. Admite que el valor fundamental de la élite de la élite, de ese puñado de «ingenieros estrella», reside en su capacidad para lograr «avances» conceptuales.
«Esperamos que puedan identificar las ideas creativas clave que conducen a la superinteligencia, que quizá solo requiera unos pocos conceptos algorítmicos, y solo un número muy reducido de personas puede realmente descubrirlos«, afirma.
Es la paradoja de OpenAI: necesitan un ejército de miles de ingenieros brillantes para construir y depurar sus modelos masivos, pero la verdadera revolución, el salto a la superinteligencia, podría venir de una sola idea, de una sola persona. Y esa persona, ahora mismo, es el activo más valioso y disputado del planeta Tierra.
¿Es la estrategia de Altman de buscar talento masivo más inteligente que la de Zuckerberg de fichar a golpe de talonario? ¿O son ambas necesarias para ganar la carrera más importante de la historia de la humanidad? El futuro de la inteligencia artificial se decide en estas contrataciones. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.