
Hace un par de años, Foxconn, el gigante taiwanés que ensambla tu iPhone con una precisión militar, se creyó su propia propaganda y decidió que su futuro era fabricar coches eléctricos. Compraron una fábrica gigante en Lordstown, Ohio, a una startup de la que ya nadie se acuerda y nos prometieron el oro y el moro. Pues bien, el sueño se ha convertido en una pesadilla carísima.
Foxconn acaba de anunciar que vende esa misma fábrica por 375 millones de dólares. Pero aquí viene la jugada maestra, la que define el futuro de la industria: no se van. En lugar de fabricar coches eléctricos que nadie compra, van a usar ese espacio para construir algo infinitamente más rentable en la era de la IA: un monstruoso centro de datos para la inteligencia artificial. Han cambiado la chapa y la pintura por el silicio y los servidores.
Crónica de un fracaso anunciado: la aventura de Foxconn en los EV
La historia de Foxconn en el mundo del motor es una comedia de errores. En 2022, pagaron 230 millones de dólares por la planta a Lordstown Motors, una startup de vehículos eléctricos que, poco después, acabó en la bancarrota y demandando a la propia Foxconn. La alianza para producir camionetas eléctricas fracasó estrepitosamente. Foxconn descubrió por las malas que fabricar un coche es infinitamente más complejo que ensamblar un teléfono, por muy bueno que seas en lo segundo. El sueño de convertirse en un gigante del motor se estrelló contra la dura realidad de la producción y la falta de demanda.

El nuevo plan: cambiar coches por cerebros (de IA)
Foxconn ha visto la luz. Y la luz es el verde brillante del logo de NVIDIA. Su negocio de fabricar servidores y componentes para centros de datos está explotando. Son ellos los que le montan los «cerebros» GB300 a NVIDIA, el hardware más codiciado del planeta. ¿Para qué vas a seguir peleándote en el sangriento y poco rentable mercado de los coches eléctricos cuando puedes dedicarte a fabricar las palas y los picos en la nueva fiebre del oro de la IA?
Y van a lo grande. La fábrica de Ohio tiene más de 557.000 metros cuadrados. Para que te hagas una idea, es seis veces más grande que la otra megafábrica de servidores de IA que ya están construyendo en Houston. Quieren convertirse en el casero de la nube de IA, el principal arquitecto de la infraestructura que necesitarán empresas como Nvidia, Microsoft o la propia Apple.
El veredicto del Gurú
Esta jugada de Foxconn es una lección de pragmatismo capitalista. Es admitir un fracaso monumental en su aventura automotriz y pivotar sin piedad hacia donde está el dinero de verdad. Han pasado de un sueño con márgenes de beneficio minúsculos y una competencia brutal a un negocio donde son un jugador clave y los márgenes son obscenos. Aunque en su comunicado oficial dicen que «mantienen su compromiso con el sector automotriz» (la mentira corporativa de siempre para no quedar mal), la realidad es clara: han enterrado su sueño de ser un fabricante de coches para convertirse en el constructor de las «minas» de la IA.
Es una decisión menos sexy, pero infinitamente más inteligente. Y una prueba más de que, ahora mismo, todo el dinero del planeta, desde Nvidia hasta Microsoft y ahora Foxconn, orbita alrededor de una sola cosa: la Inteligencia Artificial.
¿Hizo bien Foxconn en abandonar su sueño de fabricar coches? ¿Es la construcción de centros de datos el negocio más seguro y rentable de la próxima década? El debate sobre la verdadera fiebre del oro de la IA está servido. Únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.