
En el cambiante y brutalmente competitivo mundo del desarrollo de software, acaba de caer una bomba. Y no ha venido de un analista o un estudio de mercado, sino de la cima de la montaña. Thomas Dohmke, el CEO de GitHub, la plataforma donde vive el código de medio planeta, ha lanzado un mensaje claro, directo y sin piedad a la comunidad global de desarrolladores: «Adopta la inteligencia artificial (IA) o abandona esta industria«.
No es una sugerencia. Es un ultimátum. En una entrada de blog titulada «Desarrollador, redefinido», Dohmke ha puesto sobre la mesa la cruda realidad: la IA no es el futuro, es el presente, y está transformando no solo cómo se escribe el código, sino la propia definición de lo que significa ser un ingeniero de software.
De ‘picateclas’ a ‘director de orquesta’
La advertencia de Dohmke no es humo. Se basa en entrevistas con 22 desarrolladores que ya han integrado la IA hasta las trancas en su día a día. Estos pioneros, que al principio veían a GitHub Copilot como un «juguete» o una «artimaña», ahora lo consideran un colaborador indispensable. Su rol ha mutado.
Ya no se consideran «programadores». Han pasado a ser «facilitadores de código» o incluso «directores creativos de código». Su trabajo ya no consiste en pasar ocho horas escribiendo líneas de código como un monje medieval. Su nuevo trabajo, mucho más estratégico, consiste en:
- Diseñar el contexto y la arquitectura del sistema.
- Crear los prompts y las señales para dirigir a los agentes de IA.
- Verificar y auditar el código que la IA genera a una velocidad sobrehumana.
En resumen, han pasado de ser los músicos a ser el director de la orquesta. Y la orquesta está formada por una legión de IAs incansables.

El marketing del miedo (que funciona)
Seamos cínicos por un momento. Esta declaración es también una estrategia de marketing estupenda. En lugar de venderte las características de su producto (GitHub Copilot), te venden el miedo a quedarte obsoleto. Y no están solos. Otra ejecutiva de Microsoft, Julia Liuson, ya advirtió a sus propios empleados que «el uso de la IA ya no es opcional«. Es una táctica de «súbete al tren o te atropellará» que, sinceramente, tiene toda la pinta de ser cierta.
Dohmke predice que la IA podría llegar a automatizar el 90% de la escritura de código en un plazo de dos a cinco años. Cuando eso ocurra, las habilidades que de verdad pagarán las facturas no serán saber la sintaxis de Python, sino el diseño de sistemas, el dominio de la IA y el control de calidad.
El veredicto del Gurú
La advertencia del CEO de GitHub es la confirmación de lo que ya sabíamos: la era del «picateclas» ha muerto. El valor de un ingeniero ya no se mide por cuántas líneas de código puede escribir, sino por la complejidad de los problemas que puede resolver usando las herramientas más potentes a su disposición. Y ahora mismo, no hay herramienta más potente que la IA.
Resistirse a este cambio no es ser un purista, es ser un dinosaurio mirando al meteorito. Como dice Dohmke, «gestionar agentes para alcanzar objetivos puede parecer insatisfactorio para muchos«. Pero la realidad es que siempre ha sido así, solo que a un nivel de abstracción más bajo. Antes, gestionabas un ordenador con un lenguaje de programación. Ahora, gestionas una IA con lenguaje natural.
La transformación es inevitable. Y como concluye sutilmente Dohmke, si no estás dispuesto a cambiar, está bien. Pero más te vale ir buscando otra carrera.
¿Es esta la evolución natural del ingeniero de software o el principio del fin? ¿Están las empresas de IA usando el miedo para vender sus productos? El debate sobre el futuro de una de las profesiones mejor pagadas del mundo está al rojo vivo. Te leemos en los comentarios. Únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.