
Cuando Elon Musk no está lanzando cohetes, vendiendo coches eléctricos o reventando una red social, se dedica a su hobby favorito: intentar conectar nuestros cerebros a las máquinas. Y su empresa para tal fin, la increíble y aterradora Neuralink, acaba de dar un paso de gigante: después de empezar sus polémicas pruebas en humanos en EEUU, ahora cruza el Atlántico.
El Reino Unido será el próximo laboratorio para su interfaz cerebro-computadora (BCI). En una publicación en X, la compañía anunció que colaborará con prestigiosos hospitales de Londres y Newcastle para su primer estudio clínico en Europa.
La misión: telepatía para los paralizados
Seamos claros, no están buscando crear al Profesor X para que puedas leerle la mente a tu pareja. Todavía. La misión oficial es reclutar a pacientes con parálisis severa, ya sea por una lesión de la médula espinal o por la cruel enfermedad de la ELA, y probar si el chip de Neuralink puede devolverles la «magia»: controlar ordenadores, prótesis y otras herramientas digitales y físicas solo con el poder de su pensamiento.
No es una fantasía de ciencia ficción. Neuralink ya presume de tener cinco pacientes en su estudio de Estados Unidos que están usando la tecnología para interactuar con el mundo. Estamos hablando de controlar un cursor en una pantalla con la mente. Magia.

Un camino lleno de baches (y billetes)
Pero no te creas que esto ha sido un camino de rosas. El propio Musk, con su prisa endémica por vivir en el futuro, se topó con la dura realidad de la burocracia médica. La FDA de Estados Unidos (la agencia del medicamento) les dio un portazo en la cara en 2022, aterrorizados por la seguridad del implante cerebral. Han tenido que sudar tinta y presentar miles de papeles para poder empezar sus pruebas en humanos este año.
Y, por supuesto, detrás de la noble causa de curar la parálisis, hay un negocio que quita el hipo. La empresa acaba de levantar la friolera de 650 millones de dólares en una nueva ronda de financiación, elevando su capital total a más de 1.300 millones. La valoración de Neuralink ya ronda los 9.000 millones de dólares. Musk no está construyendo una ONG. Está construyendo el futuro interfaz del ser humano, y planea cobrar por la instalación.
El veredicto del Gurú
La llegada de Neuralink a Europa es una noticia monumental. Acelera una tecnología que podría cambiar la medicina y la definición de «discapacidad» para siempre, pero también abre un debate ético que da vértigo. ¿Dónde está el límite entre curar y «mejorar»? ¿Qué pasa cuando no solo los paralizados, sino cualquiera con suficiente pasta, pueda comprarse un «upgrade» para su cerebro?
Estamos asistiendo en directo al primer capítulo de la era cíborg. Abróchense los cinturones, porque el viaje va a ser salvaje y, probablemente, sin billete de vuelta.
¿Te pondrías un chip de Neuralink si pudieras? ¿Es el avance más grande de la humanidad o el primer paso hacia un futuro distópico? Queremos leer tu opinión más visceral en los comentarios y en nuestras redes. Únete al debate enInstagram,FacebookyYouTube.