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La verdad sobre Steve Jobs: el genio tirano que creó Apple y cambió el mundo para siempre

julio 5, 2025

Hay pocas figuras en la historia reciente que generen tanta fascinación, admiración y controversia como Steve Jobs. El cofundador de Apple no fue solo un empresario; fue un visionario, un artista de la tecnología, un maestro del marketing y, para muchos de los que sufrieron sus iras, un auténtico tirano déspota. Su historia es la de un hombre que fusionó la contracultura hippie con el capitalismo más salvaje, un budista zen que podía destrozar a un empleado en público por un detalle insignificante.

En Gurú Tecno vamos a desgranar la figura del hombre que puso el universo en nuestro bolsillo, para entender al genio, al monstruo y el legado imborrable que dejó en Apple y en el mundo que hoy habitamos.

Los inicios: un rebelde en el garaje que soñaba con ordenadores para el pueblo

La leyenda de Jobs es la personificación del mito fundacional de Silicon Valley. Un joven adoptado de San Francisco, con un interés temprano por la electrónica, que tras un breve y caótico paso por la universidad, decide abandonar y largarse a la India en un viaje espiritual. A su vuelta, con la cabeza llena de ideas y los bolsillos vacíos, se alía con el único cerebro capaz de materializar sus locuras: el genio técnico y bonachón que era Steve Wozniak.

Juntos, en el ya icónico garaje de los padres adoptivos de Jobs, dieron vida al Apple I. Pero fue con el Apple II donde la visión de Jobs empezó a tomar forma. Mientras Wozniak creaba una maravilla de la ingeniería con una arquitectura relativamente abierta, Jobs entendió antes que nadie que el futuro no estaba en vender placas base a cuatro frikis.

Su obsesión era crear un producto completo, una «caja» perfecta que cualquiera pudiera comprar, enchufar y usar. La llegada de la unidad de disco Disk II y, sobre todo, del primer programa de hoja de cálculo, VisiCalc, convirtieron al Apple II en la «killer app» que introdujo los ordenadores personales en las pequeñas empresas y los hogares.

La revolución del Macintosh y la traición que le costó su propia empresa

El lanzamiento del Macintosh en 1984 fue el primer gran «bombazo» de Jobs, su primer asalto a la historia. Anunciado con el ya legendario anuncio de Ridley Scott en la Super Bowl, el Mac no era un ordenador, era una declaración de guerra contra el mundo gris y corporativo de IBM. Con su revolucionaria interfaz gráfica de usuario (GUI) y su ratón (ideas «descaradamente» tomadas tras la famosa visita de Jobs al laboratorio Xerox PARC), el Mac cambió para siempre la forma en que los humanos nos relacionamos con las máquinas.

Pero su desarrollo también forjó la leyenda negra de Jobs. Su famoso «campo de distorsión de la realidad» era capaz de convencer a sus ingenieros de que lo imposible era posible, sometiéndolos a una presión brutal. Su obsesión por el diseño le llevó a tomar decisiones técnicas tan controvertidas como eliminar los ventiladores internos, lo que provocaba sobrecalentamientos, o a limitar la memoria RAM. El Mac era una maravilla, sí, pero era caro y «cerrado».

Su carácter intratable, su visión mesiánica y los pobres resultados comerciales iniciales del Mac provocaron lo impensable: la junta directiva, liderada por el hombre que él mismo había fichado de Pepsi, John Sculley (el «vendedor de agua azucarada», como lo llamaría Jobs después), le despidió de Apple en 1985.

El exilio dorado: NeXT, Pixar y la gestación silenciosa del futuro de Apple

Expulsado de su propio paraíso, Jobs no se quedó de brazos cruzados. Hizo dos cosas que, a la postre, serían su salvación y la de Apple:

  1. Fundó NeXT, una compañía de ordenadores para el mercado educativo. Sus «cubos» fueron un fracaso comercial, pero su sistema operativo, NeXTSTEP, era una obra maestra de la ingeniería de software basada en Unix. Anota esto: NeXTSTEP es el ADN de todo lo que vino después, desde macOS hasta iOS y watchOS.
  2. Compró por cuatro duros una pequeña división de animación por ordenador de Lucasfilm y la rebautizó como Pixar. Con su visión y su capacidad para los negocios, la convirtió en el estudio de animación más importante y revolucionario del mundo, cambiando para siempre la historia del cine.

Mientras tanto, Apple, sin su alma visionaria, se desangraba. Se hundía en una espiral de productos mediocres, luchas internas y una cuota de mercado en caída libre. En 1996, a solo unos meses de la bancarrota, en un giro de guion desesperado, Apple compró NeXT por 400 millones de dólares y, con ella, trajo de vuelta a casa a su fundador desterrado.

La segunda venida: la década prodigiosa que lo cambió TODO

El regreso de Jobs a Apple es, sencillamente, el mayor caso de resurgimiento de la historia empresarial. Con un poder absoluto, se convirtió en CEO interino (cobrando 1 dólar al año), purgó a la junta que le había traicionado, canceló el 70% de los productos de Apple y se centró en una única y obsesiva idea: crear productos «insanamente geniales».

Y en una década prodigiosa, lanzó una sucesión de bombazos que no solo salvaron a Apple, sino que redefinieron industrias enteras:

  • El iMac (1998): Un ordenador «todo en uno» de colores llamativos que mató al beige de los PCs, eliminó el disquete y apostó por un nuevo y extraño puerto llamado USB. Todo el mundo dijo que era una locura. Tenían razón: era una locura genial que funcionó.
  • El iPod (2001): «Mil canciones en tu bolsillo». Con esta simple frase, Jobs y su iPod aniquilaron al Walkman, al Discman y a toda la industria musical tradicional. Su «click wheel» sigue siendo una obra maestra de la interfaz de usuario.
  • El iPhone (2007): La bomba atómica. El dispositivo que lo cambió todo. No fue el primer smartphone, pero fue el primero que entendió que el futuro era una pantalla táctil capacitiva, una interfaz fluida y una tienda de aplicaciones. Aniquiló a Nokia, a BlackBerry y a Microsoft en un par de años.
  • El iPad (2010): Creó desde cero una categoría de producto que nadie sabía que necesitaba, pero que ahora es indispensable para millones de personas, matando por el camino a los torpes «netbooks».

El legado del genio tirano: la obsesión como motor de la perfección

La lucha de Jobs contra el cáncer de páncreas y su prematura muerte en 2011 dejaron un vacío irremplazable. Su legado es inmenso, pero no se limita a una lista de gadgets exitosos. Jobs nos dejó una filosofía: la obsesión por la simplicidad radical, la integración maníaca entre hardware y software y la profunda creencia de que la tecnología debe ser, ante todo, intuitiva, bella y humana.

Fue un genio, sí. Y también un tirano. Capaz de la mayor inspiración y de la mayor crueldad. Pero fue precisamente esa personalidad dictatorial y su enfermiza atención al detalle lo que forjó el ADN de Apple. El famoso «simplemente funciona» no es fruto de la casualidad, es el resultado de la tiranía de un hombre que se negó a aceptar un «no es posible» como respuesta.

Amado por muchos, odiado por otros tantos, lo que es innegable es que el mundo digital en el que vivimos hoy, para bien y para mal, fue en gran parte diseñado en su mente. Y eso, amigos de Gurú Tecno, es lo que diferencia a los empresarios de las leyendas.

Y hablando del diseño y el «carácter» que Apple le imprime a cada uno de sus dispositivos, en Gurú Tecno hemos querido llevar esa idea al extremo. Nos hemos hecho una pregunta un tanto loca: ¿Y si los diferentes modelos de iPhone fueran personas de carne y hueso, cada uno con su propio estilo? Se lo hemos pedido a una Inteligencia Artificial y el resultado es tan brutal como inquietantemente acertado. No te pierdas este experimento visual que te cambiará la forma de ver tu móvil.

¿Cuál crees que es el mayor legado de Steve Jobs? ¿Sería Apple lo que es hoy sin él? ¡Te leemos en los comentarios! Y no te olvides de seguir a Gurú Tecno en YouTube, Instagram y Facebook.

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