
Las cifras son espectaculares. En julio, las ventas de coches eléctricos en Estados Unidos han reventado todos los récords. Un 9,1% de cuota de mercado, 130.100 unidades vendidas… A primera vista, parece la victoria definitiva de la electrificación. Una auténtica fiesta.
Pero, como en toda buena fiesta, siempre hay una hora de cierre. Y esta tiene fecha y nombre: 30 de septiembre, el día en que el gobierno estadounidense, bajo la ley «Big, Beautiful» impulsada por Trump, cortará de raíz el crédito fiscal de 7.500 dólares para la compra de vehículos eléctricos. Esto no es crecimiento orgánico. Es una compra de pánico. Es la última ronda antes de que apaguen la música y enciendan las luces.
La matemática de la ganga: por qué todo el mundo compra AHORA
La razón de esta locura compradora es simple y puramente económica. Los datos de Cox Automotive lo dejan claro y exponen la cruda realidad del mercado:
- Precio medio de un coche de gasolina: ~48.078 dólares.
- Precio medio de un coche eléctrico: ~55.689 dólares.
- Precio del eléctrico CON el crédito fiscal: ~48.189 dólares.
El crédito fiscal no es una «ayuda». Es el ecualizador. Es lo que hace que un coche eléctrico deje de ser un capricho caro y pase a costar exactamente lo mismo que uno de gasolina. Sin él, la competitividad de precios de los vehículos eléctricos se va al infierno.

Concesionarios a la desesperada y la resaca que viene
Los fabricantes y los concesionarios lo saben, y están echando el resto. Tesla tiene un contador en su web recordándote que el chollo se acaba. Los concesionarios, por su parte, están ofreciendo descuentos adicionales demenciales, con una media de casi 9.800 dólares por vehículo en julio. Están vaciando los almacenes a toda costa antes de la fecha límite.

Pero, ¿qué pasará el 1 de octubre? Un desplome. Los analistas predicen una caída en picado de las ventas en el último trimestre. La resaca después de la borrachera de compras de julio y agosto será monumental. Es entonces cuando veremos las cifras reales de la demanda de eléctricos, cuando ya no estén dopadas por el dinero del gobierno.
El refugio de la segunda mano
Esta situación es una radiografía perfecta y brutal del mercado del coche eléctrico actual. Demuestra que, para la mayoría de los consumidores, la decisión no es ideológica ni ecológica. Es puramente económica. Mientras el gobierno pague la diferencia, la gente compra. Cuando el subsidio desaparece, la demanda se frena en seco. El fin de este crédito fiscal va a provocar un terremoto en el mercado de vehículos nuevos. Mientras tanto, el mercado de coches eléctricos usados, menos afectado por estas políticas, se prepara para su momento de gloria.

Así que no, no estamos ante la victoria final del coche eléctrico en Estados Unidos. Estamos ante una burbuja de ventas artificial a punto de estallar. Disfruten de la fiesta mientras dure. La resaca de octubre va a ser de las que hacen historia.
¿Crees que el mercado del coche eléctrico puede sobrevivir sin subsidios masivos? ¿Es el fin de esta ayuda el principio de una nueva crisis para el sector? La batalla por el futuro de la automoción se decide en los próximos meses. Déjanos tu opinión en los comentarios y únete a la discusión en Instagram, Facebook y YouTube.