Las ventas de smartphones en el último trimestre del pasado año han caído en picado. Que se distribuyan menos unidades en el periodo navideño que en los meses entre julio y septiembre es algo asombroso si tenemos en cuenta las costumbres de compra de los consumidores.
“La caída marca la caída más grande en un solo trimestre y contribuyó a una fuerte caída del 11,3% para el año”, afirma en su web, IDC. Las cifras indican unas ventas de 1.205 millones de teléfonos durante el 2022, la cifra más baja recogida desde el 2013, cuando comenzó el gran auge y madurez del mercado de telefonía. Se han vendido 11,3% menos terminales que en 2021 (1.360 millones), y tira por la borda las previsiones de los analistas de la prevista recuperación para 2023.
¿Cuáles son las causas de unas ventas tan bajas?
No podemos decir que sea una única causa, es algo multifactorial. Por un lado, tenemos el encarecimiento de todos los materiales, y a esto tenemos que sumar los graves problemas para el ensamblado de componentes y fabricación de chips han afectado seriamente a todas las marcas, especialmente a Apple. En China, el protocolo de contención desplegado por el Gobierno desencadenó en protestas y serios retrasos en la producción.
Nos encontramos que el patrón de renovación de terminal cada año o cada dos años será cada vez más inusual. Ahora mismo, la percepción generalizada es que renovar móvil es un lujo y no una necesidad. Los analistas pronostican que será difícil una recuperación antes de 2024. Y es que el aumento de la inflación y las preocupaciones macroeconómicas retendrán a los consumidores al momento de realizar gastos.
Curiosamente, Apple y Samsung, son las que menos han sufrido con las ventas y cuota de mercado comparado las cifras con las del mismo trimestre del año anterior. Los fabricantes chinos se han visto más perjudicados, y sus ventas han caído más del 20% en algunos casos.