Hoy es el día de la mujer, y es un día de celebración y reivindicación para todos, incluidos los hombres. La lucha por la igualdad no solo es cuestión de género, sino que nos incumbe y compete a todos.
A pesar de algunas mejoras en nuestro país, los cargos superiores en general siguen estando ocupados por hombres en su mayoría, y la disparidad económica entre los géneros sigue agrandándose como consecuencia de actitudes anticuadas y de un machismo arraigado. Debemos cambiar esa situación empoderando a las mujeres en todos los niveles, permitiendo que se escuche su voz y dándoles el control sobre sus propias vidas y el futuro de nuestro mundo.
Según estimaciones de la ONU cuando las mujeres participan plenamente en la fuerza de trabajo, se crean oportunidades y se genera crecimiento. La eliminación de la disparidad entre los géneros en el empleo podría aumentar el PIB mundial en 12 billones de dólares para 2025.
Y en esa búsqueda de la igualdad hay muchas cosas por hacer, sobre todo en el campo de la educación. Llevo más de 15 años en la enseñanza y he sido testigo de muchas experiencias en mi campo. Durante un tiempo me dediqué a dar clases de Tecnología/s, una de esas materias STEM. Para quien no esté familiarizado con este vocablo comentaros que STEM es el acrónimo en inglés de los nombres de cuatro materias o disciplinas académicas: Science, Technology, Engineering y Mathematics, que en nuestro sistema educativo corresponden a Ciencias Naturales, Tecnología y Matemáticas.
CodeGirl, las mujeres programadoras también cuentan
Una de mis labores pasa por motivar a los alumnos, da igual su género, da igual si son chicos o chicas. Si haces una encuesta a los alumnos sobre la importancia de la Tecnología y cómo está vinculado este concepto a su futuro, observamos cómo una gran mayoría considera importante o muy importante estudiar contenidos relacionados con la computación, las ciencias o la ingeniería, pero a pesar de tener claro que es importante, las chicas no se plantean estudiar algo relacionado con materias STEM, no quieren, ni siquiera están interesadas.
Este tipo de preguntas y la percepción personal sobre lo que observo en clase identifica alguno de los factores que influyen en la brecha entre hombres y mujeres y que aparece desde el colegio, a edades muy tempranas. Si profundizamos un poco más y llevamos esa misma pregunta a sus padres, lo que observamos es que sus familias apoyan a sus hijas a otro tipo de estudios, ya que en muchos casos sus padres las ven menos capacitadas para estudiar Ingeniería o Ciencias puras.
Las jóvenes tienen una percepción de sí mismas más baja para las Ciencias y se ven influenciadas por los estereotipos, las expectativas y los roles.
En septiembre del año pasado, una encuesta a nivel europeo señalaba que el 63% de los españoles creían que las mujeres no valían como científicas de alto nivel. Una buena parte de los encuestados pensaban que a las mujeres les falta «interés por la ciencia, perseverancia, espíritu racional, sentido práctico o espíritu analítico«.
Está en el imaginario colectivo pensar que las mujeres no pueden ser brillantes científicas o excelentes ingenieras
Tenemos que trabajar para combatir desde los centros escolares este tipo de ideas, y tenemos que animar a nuestras alumnas a que proyecten su esfuerzo, entusiasmo y futuro a las materias STEM. Es una labor de todos los agentes del sistema educativo.
La dotación de infraestructuras adecuadas es otro problema en España. Los centros educativos cuentan con equipos informáticos muy antiguos, demasiado antiguos. Las conexiones a Internet son otro gran problema. ¿Dónde está la fibra óptica que anuncian y prometen a bombo y platillo las compañías telefónicas? Es imposible sacar rendimiento a una clase de 55 minutos con 30 alumnos y los medios disponibles. Una cosa es la teoría y otra bien distinta es la práctica.
Otro punto a mejorar corresponde a las competencias digitales de docentes. Faltan personas capacitadas en algo que vemos que necesitamos a manos llenas. La cuestión está clara, la Tecnología no es una opción, o pasamos por ahí o no vamos a ir a ningún sitio. No podemos perder este último tren, esta última revolución si queremos ser competitivos en un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
Los prejuicios de la Tecnología, ¿Acaso sirven para ocultar y mantener desigualdades? ¿Hay temor frente a la visión femenina?
En esta contienda Tecnológica, donde casi todas las mujeres son observadoras, los actores, que son en su mayoría hombres de Ciencia y Tecnología, no son capaces de entender la necesidad de igualdad de mujeres y hombres. Los ingenieros que ahora luchan por el software libre no se percatan de que se trata de una lucha que se cimienta en una desigualdad universal: el dominio de la visión masculina sobre la femenina.
En el Día Internacional de la Mujer, debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.