Con la gran cantidad de series, películas y documentales en Netflix, tengo que reconocer que no me había llamado la atención ‘Pandemic’.
La serie documental se estrenó en aquel lejano enero. La temporada 1 consta de 6 capítulos, el primero titulado «Una amenaza constante«.
Así que al más puro estilo Cuarto Milenio, el programa de Iker Jiménez en la cuatro, les diré a los paranoicos de la teoría de la conspiración, que Netflix lo sabía, hay pruebas.
El documental se llama ‘Pandemic’ y no diría que es el mejor plan para días tan infernales. Se centra en realizar un seguimiento a nuevos héroes: investigadores, médicos y trabajadores sanitarios en primera línea de batalla, aquí sobran las superestrellas de fútbol, los cantantes que mueven masas o los tertulianos de radio.
Da igual el punto del planeta, en India, en Congo, en EE UU. Combatiendo a la gripe aviar, al SARS, al ébola. Conoceremos de primera mano lo que piensan, cómo viven su día a día, sus logros y también sus frustraciones, y no dejan de advertirnos que somos unos inconscientes.
“En algún momento —dice un científico— habrá un evento en el que un virus emergente, como el de 1918, surgirá y se extenderá por todo el mundo”. Aquella pandemia de gripe de 1918, llamada española, mató a más gente que las dos guerras mundiales juntas, se recuerda al principio del primer capítulo. “Está garantizado que una nueva versión de esa gripe asesina aparecerá. No sabemos cuándo, pero podemos suponer que pronto”.
Ahí habría sido muy sencillo dejarse llevar por lo dramático de la situación, pero en vez de eso se opta por contar la historia de una forma progresiva, aséptica, sin caer en el sensacionalismo, resaltando las ocurrencias para hacer frente a las limitaciones presupuestarias o a incrédulos de la situaciones planteadas.
A los de Netflix no les creímos, el argumento que nos plantean era algo parecido a una «película de terror» o como un videojuego al estilo Resident Evil, donde en un centro clandestino de investigación genética, se produce un virus mortal, y para contener la fuga, se cierra toda la instalación y se cree que mueren todos los empleados, pero en realidad se convierten en zombis…
Y todo tiene un origen, porque después de la gripe A de 2009, que era real pero no más mortífera de lo que ya era la gripe, se vilipendió a expertos y medios por alarmistas y exagerados, se denunció un despilfarro inducido por la Big Pharma, corrieron mil bulos.
No sé si les recomiendo ver este buen documental. Que lo último que muestren, de forma algo más sostenida, sean murciélagos teniendo en cuenta su fuerte vinculación con el actual brote de coronavirus…
Síguenos en Facebook, Twitter o Instagram para estar informado de todo, o súmate a nuestro canal oficial de Telegram para no perderte nada de lo que publicamos.
